La silla del águila de petatiux
En su artículo del sábado en El Universal titulado "¿Sábado de gloria?", Mauricio Merino se pregunta ¿qué nos está pasando ahora? Esto en referencia a que, hace apenas una década, la democracia mexicana estaba llena de protagonistas, logros y esperanzas. En contraste, en 2006 "estamos atrapados entre la mezquindad y la medianía".
En efecto. Toda la razón. Y para comprobarlo, nada como abrir la edición del diario en línea de hoy y ver el siguiente encabezado:
La presencia o la ausencia de una silla vacía en el primer debate presidencial. ¿Qué tal? Ese es el Gran Tema de los candidatos y sus equipos en el IFE. O al menos, ése es el tema que destacan los medios, también cómplices de esta decadencia al sólo darle importancia a notas escandalosas y llamativas en aras de vender y vender. Sin embargo, más allá de eso, el tema en sí mismo es tragicómico.
Imaginen una escena en algún aula de universidad europea con seminario sobre política internacional, en especial latinoamericana. Entre las lindezas que se discutirán estará El Gran Debate previo a la elección del dos de julio en México: debe o no debe una silla vacía permanecer a cuadro mientras los demás candidatos discuten sus "propuestas".
Pensé que cuando había muerto el Papa Juan Pablo Segundo y sacaron a pasear al Papamóvil vacío por todo Insurgentes hasta La Villa había visto todo. Aún tengo presente la escena de cientos de personas formando una valla humana que vitoreaba a... ¡un vehículo vacío!
Pero no. Ahora veo que el espíritu fetichista nacional es interminable. Así, una silla, un objeto inanimado, una representación simbólica de la nada es el centro de la polémica de aquellos que buscan gobernar a este país.
¿Qué? Si aprueban que esté la silla, ¿le preguntarán lo mismo que a los demás candidatos?, ¿guardarán silencio en espera de algún sonido proveniente del mueble sólo con el malsano placer de demostrarnos que AMLO, el peligro para México, los despreció? Además, imagino que el siguiente paso va a ser la discusión sobre el color, tamaño, textura y origen de la mentada silla.
Para cerrar, dejo al propio Merino: "hace diez años creímos que el futuro sería de otro modo. No contábamos con la mediocridad de nuestra clase política".
México, México, Ra, Ra, Ra.
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