Similandia en peligro
Y hablando de la cosa médica y tal, esta mañana he leído en los diarios en línea que la Administración Pública Federal mexicana piensa ir con todo a por el Dr. Simi. En efecto, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios ha anunciado que evaluará la eficacia de todos los medicamentos, incluidos los llamados “similares”, para que en el mercado nacional sólo existan aquellos con capacidad probada.
Eso me parece muy bien. Es decir, que sólo estén disponibles los que curan o que hayan demostrado que sirven para paliar la enfermedad.
En un editorial de El Universal apoyan esta medida, pero también se cuestionan qué pasará con el sector que suele comprar los medicamentos que ofrece la botarga en sus estanquillos. Bueno, esa es una buena pregunta. Sin embargo, creo que vender ilusiones, por baratas que sean, siempre será peor que el gasto catastrófico que implica atender de manera seria un padecimiento. En suma, que siempre es mejor lo real y no los placebos.
Bueno, pero por otro lado, también me parece que esta medida tiene un tufillo a revancha política. Como bien se recordará, el tal Dr. Simi, mejor conocido como Víctor González Torres, familiar de personajes vinculados al Partido Verde, había cogido un activismo político bastante inusitado en los últimos tiempos. Además de haber sido candidato sin partido a las presidenciales de 2006, su presencia en los medios a través de desplegados y de espacios comprados se había incrementado de manera notable. Pensemos, por decir algo, en las polémicas que sostuvo con el ex Consejero Presidente del IFE Luis Carlos Ugalde, o bien, con Joaquín López Dóriga. Pero también en sus programas como “Simi en domingo” (o como se llame), en donde aparece hablando de cualquier tema al ritmo de una bonita melodía ranchera y rodeado de modelos y edecanes, bajo el cobijo del mantra repetido hasta el hartazgo de que todo lo hace para “servir a Dios y al pueblo”. Es más, en un acto que raya francamente en el absurdo, hasta una obra de teatro montó para promocionarse ante la opinión pública con el originalísimo título de “Similandia en peligro”. Bueno, y qué decir de los espectaculares y los afiches que uno puede encontrar por todos lados: voy por Tlalpan y veo a una encuerada a 15 metros del piso afirmando que está así de buena porque toma simivitaminas, recorro los pasillos de la Estación TAPO y miro a Luz Elena González anunciar simicondones, abro el Tv y Novelas en Sanborns y aparecen unas ilustres desconocidas (pero, otra vez, bastante buenas) que acompañan al caballero en sus periplos por Europa.
Palabras más, palabras menos, a este señor parece que se le va a aplicar esa vieja sentencia que dice, Víctor, esta vez has llegado demasiado lejos. Su histerismo político alcanzó tal nivel que, a la menor provocación, el señor quería demandar y contrademandar a cualquiera que osara cuestionar un pelín su activismo, su manera de hablar, su apariencia, sus viajes, sus gastos y, claro, la dudosa calidad de sus productos de salud. De hecho, el domingo pasado, por alguna extraña alineación de los planetas, estaba viendo en la noche su programa en el canal de Grupo Fórmula, y de lo que pude entenderle era que estaba criticando acremente al actual ministro de Salud.
En fin. La batalla –al parecer—apenas comienza. El Dr. Simi no se quedará cruzado de brazos ante este embate y ya imagino los recursos, argucias y estrategias que echará a andar para evitar cualquier tipo de acción que dañe su negocio. Ya veremos si en realidad la APF mexicana va con todo e impone su autoridad en este tema.
1 Comments:
El primo de un amigo dice que la pomada para la hemorroides que venden es muy buena.
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