martes, enero 29, 2008

Hablando de cantinas y tabernas (y de mujeres)

La diputada federal Ruth Zavaleta (PRD), a la sazón presidenta de la Cámara y ex delegada de Venustiano Carranza, Distrito Federal, ha respondido a las declaraciones de Manuel López relativas a que al nuevo Ministro del Interior le gustaba “agarrarle la pierna a quien se dejara”, con la siguiente frase: es un “buscapleitos de taberna”.

Eso está muy bien. Es decir, que los propios miembros del partido de izquierdas mexicano no dobleguen su libertad de expresión ni siquiera ante el caudillo. Pero, lo que me llama la atención es la terminología usada por la señora. Veamos.

“Buscapleitos de taberna”. ¿Taberna? ¿No hubiese sido mejor decir “cantina”, “bar”, “antro”, “congal”, “téibol”? Es decir, taberna, palabra que no está mal usada, antes al contrario, me refiere a una imagen con tipos bebiendo, pero sin hacer los osos que los mexicas solemos protagonizar cuando bebemos, ahora sí, en una cantina. La misma que evoca mi memoria con mesas de aluminio que dicen “Superior” o “Carta Blanca”, sillas de fierro con respaldo de plástico que dicen “XX” o “Sol”, rocola de muchos colores al fondo escupiendo canciones de Vicente Fernández, Los Yonics, Julio Jaramillo o el grupo Mr. Chivo, y cuya parroquia está compuesta de tipos malencarados y ebrios que, claro, a la menor provocación dicen ¿qué pedo güey, la vas a armar? La taberna, en contraste, me acerca más al pub, sitio donde también hay violencia, pero menos folklórica.

Entonces, señora Zavaleta, en primer lugar, nuestros respetos (por cierto, ¿ya se tituló de la licenciatura en Acatlán?) y, en segundo, una observación: en lugar de taberna hubiese dicho cantina. Va más con lo que realmente quiso decir.