...and justice for all!!
Mi creatividad es tan desbordante en esta mañana de viernes que lo único que se me ocurre para titular esta publicación es el nombre de la canción que ahora mismo suena en iTunes...
Por increíble que parezca, no hay líneas telefónicas. La lluvia con granizo y viento nos ha dejado incomunicados desde anoche. Esto sí me parece bastante chafa. La Universidad más importante de Latinoamérica afectada por una tormenta y sin poder solucionarlo después de más de 12 horas. Esto es el Ministerio de la década de 1980.
Hay un punto que no viene al caso, pero que necesito desahogar: no están para saberlo (ni les interesa), pero si hay algo en este planeta que me jode la existencia es toda esa gente que, en una conversación, no deja hablar y monopoliza los temas hasta convertir la charla en un monólogo.
Eso me purga. Una purga stalinista. La gente que habla y habla y habla y habla y habla y habla, pero que no deja que otra opinión ni que otro tema que el que les interesa ocupe un lugar en la agenda. Esos tipos que sólo creen que lo que les pasa y lo que tienen que contar es interesante para el curso de la humanidad. Esos que exigen toda la atención, pero que cuando uno osa entrometer algún asunto de otra importancia comienzan a mirar hacia arriba, a desesperarse, a buscar la menor oportunidad para retomar el control. Esos que les importa un pito tu tiempo y que sólo vienen a encontrar a un interlocutor mudo por los minutos --u horas-- que consideren necesario (para ellos, claro). Esos que sólo están contentos y te consideran su amigo cuando estás totalmente a su disposición, callados y sumisos. Los mismos que padecen un déficit de atención familiar que buscan --y logran-- remediar encontrando a gente que, por noble o por falta de carácter, no les pone un alto desde el inicio. Esos mismos egoístas de siempre que son lisonjeros con el poder e implacables con los de abajo.
Alguna vez escribí en una comuna de colegas a la que pertenezco que quizás por eso me gusta escribir: para no ser interrumpido. Es probable que esto pase también por el carácter de las personas. Hay gente que puede tener la autoridad para marcar el ritmo de una conversación, otros no. En general, soy bastante paciente para escuchar y, a excepción de lo que sucede con mi esposa, no impongo los temas en una conversación, pero estoy casi seguro que mis temas hablados no tienen un gran peso entre los demás. Por eso vengo a este gran diván a soltar mis peroratas.
Por supuesto me importan los problables lectores y las opiniones que generan mis disertaciones (que, siendo sinceros y realistas, son escasas o francamente nulas dado el número de comentarios dejados en cada publicación de este sitio), pero más me importa tener un sitio en donde hablar sin --repito-- ser interrumpido del todo por un egoísta-megalomaníaco como los descritos líneas arriba.
Por lo tanto, larga vida a quien inventó las bitácoras virtuales.
(¡¡...y justicia para todos!!).
1 Comments:
eh...mmmm... perdona que te interrumpa... este... pero... estabamos platicando de otras cosas... por que entonces empiezas con esto?, sale? ok... me llamas entonces para que platiquemos? espero tu llamada... momento. Dijiste algo de que no tenias telefono... no recuerdo... si? eso pasa por interrumpirme... ves? CHale... haces que uno pierda la concentracion!
Jajaja!
Chido amigo!
Publicar un comentario
1 comentarios<< Home