martes, julio 15, 2008

Juegos Olímpicos

Si la vida de los individuos que somos aficionados al balompié suele medirse por intervalos de cuatro años, por ejemplo, con los Mundiales de Fútbol y la Eurocopa de Naciones, para muchos otros esto se basa en el sistema métrico de las Olimpiadas.

En efecto, algunos anclan sus recuerdos en acontecimientos cruciales como los ocurridos durante la Olimpiada celebrada en 1968 en México, o bien, en la que tuvo lugar en 1960 en Roma.

Al respecto, yo nací durante Montreal 76, pero la primera Olimpiada de la que tengo recuerdos más o menos claros fue Moscú 80 y todo porque unos vecinos míos allá en el pueblo poblano dizque eran familiares del clavadista Carlos Girón, por lo que estaban muy emocionados por su participación en la justa deportiva celebrada en la mítica URSS.

De Los Ángeles 84 recuerdo el uno dos que hicieron González y Canto en caminata, así como la hazaña de Manuel Youshimatz (o como se escriba) en ciclismo. De Seúl (C.U.) 88 el escándalo en la carrera de 100 metros planos con el canadiense Ben Johnson. De Barcelona 92 la manera en que encendieron el pebetero (el gran tiro con arco que a mí siempre me dio la impresión que se había pasado por atrás),de Atlanta 96 el bombazo en la Plaza Centenario, de Sydney 2000 el osote protagonizado por Bernardo Segura al ser descalificado en caminata y de Atenas 2004 la decepción en fútbol juvenil (una vez más) al frente del nefasto Lavolpe.

Sin embargo, cuando los acontecimientos deportivos planetarios tienen lugar en Asia la cosa me da una tremenda, profunda, indestructible flojera.

Ya sucedió con el Mundial de Corea del Sur-Japón 2002. Vaya manera de sufrir para ver las transmisiones en directo: recuerdo que el partido México versus Ecuador lo tuvimos que sintonizar por ahí de las 02.00 horas, amenizado con café negro de la olla y cobijas para combatir el frío en medio de la parroquia entusiasta que se reunía en El Foro del Zaguán. Igual pasó cuando EUA nos eliminó de manera lamentable.

Así que, ahora, en vísperas de las Olimpiadas de Beijing 2008 creo que por primera vez en mi existencia ni me emocionan ni me causan mayores sentimientos.

De chaval siempre me movía la hormona ver esa clase de justas, sobre todo porque era la oportunidad de medir a la URSS con EUA a través de la acumulación de oro, plata y bronce. Claro, también ver a México en sus únicos dos deportes competitivos históricos: boxeo y caminata. Ahora se ha ampliado a tae-kwon-do y clavados pero, en general, nosotros nada más vamos a por esas competiciones. Lo demás es como para llenar el hueco.

Así que, bueno, el próximo ocho ocho ocho iniciarán los Juegos Olímpicos asiáticos, los cuales serán usados por los chinos para demostrarnos que están gruesos, que son potencia y que quieren el planeta aquí y ahora.

Por lo demás, qué flojera ver las transmisiones a esas horas de la madrugada...





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