Seguir siendo
Odio decirlo, pero se los advertí: el partido de la expectación, el verdadero clásico del fútbol mexicano, Pumas versus gallinas, terminó con un insípido empate. Aunque, la verdad, me sorprende el resultado: con el Tuca en el banquillo siempre jugamos a empatar a cero, así que haber metido un gol ha sido algo increíble. Gracias.
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