Saldos del fin de semana
Odio decirlo, pero lo advertí: Pumas ganó en fútbol americano al Politécnico, perdió en fútbol ante el Real Bañil y, para rematar, también fue derrotado en la semifinal de la Segunda División ante el Irapuato. Nada nuevo bajo la alineación de los planetas: tan previsible como el carácter timorato del brasilero Ferreti en el banquillo del Orgullo Azul y Oro.
El fin también nos dejó la visita de Madonna al Autódromo. Esta cantante siempre me ha parecido vanguardista y políticamente incorrecta y tal, pero con unos recitales que son la mar de flojera. Mi estilista, fan irredento de la norteamericana, siempre tiene en la pequeña pantalla de su televisor portátil algún momento de sus giras internacionales, el cual tenemos que verlo mientras esperamos ser trasladados al banquillo. Ahí he podido notar que sus recitales son una especie de gran Siempre en Domingo en Disneylandia, con su sección de carnaval, de comedia sexosa y de lágrima fácil, mientras la tía se mueve rodeada de un sin fin de bailarines y músicos vestidos para la ocasión.
Digo, está bien que haya venido y tal, pero jamás pagaría 18 mil pesos --como algunos lo hicieron en la reventa-- por verla dos horas. Mi estilista sólo cobra 100 pesos e igual puedes estar ahí cuatro horas sentado esperando y viéndola.
Otro saldo de este parón de solaz ha sido la conmemoración del segundo año de gobierno de Felipe Calderón. La verdad, no quisiera estar en sus zapatos. De hecho, ser presidente es algo que jamás me ha llamado la atención: toda una gran responsabilidad para que luego nunca quedes bien con nada ni con nadie.
Vean a los ex presidentes: aunque se hayan vuelto multimillonarios y tal, aunque se hayan casado con la vedette en turno, aunque hayan dado rienda suelta a sus impulsos megalomaníacos, ahí están al final: demacrados, locos y odiados por la turbamulta ingrata y resentida de tiempo completo.
Salinas, huyendo. Zedillo, ganando la plata del mundo, pero lejos de su Mexicali querido y de la casa que su retoño le montó en el Pedregal. De la Madrid, bueno, él un poco menos mal, pero igual de acabado. López Portillo, pasó las de Caín con su compañera Sasha Montenegro. Echeverría, encerrado en San Jerónimo. No, no, no. Si el pago por ser el hombre más importante del país es ése, prefiero ser el segundo hombre más importante del país.
Y, bueno, con esta publicación arrancamos el último mes de 2008.
Pronto llegarán comidas, cenas, desayunos y demás cosas para despedirse de la parroquia.
Yo sólo deseo que el 11 de diciembre arribe pronto, terso y seguro.
2 Comments:
Camarada, recuerde que el seguno hombre más importante del país (o uno de ellos) murió en un avionazo.
Creo que el top 100 no te vendría mal.
Buena observación. Además, hoy murió otro segundo hombre más importante del país: Carlos María Abascal.
Me faltó mencionar a Fox: un tipo que hasta la iglesia católica ha declarado no apto para ejercer el matrimonio por estar medio loco (al contrario, yo diría que está más que apto por mostrar esa característica).
Publicar un comentario
2 comentarios<< Home