martes, abril 28, 2009

Influencia laboral

Influencia laboral es la que tienen los superiores jerárquicos con nosotros, los burócratas de a pie. Tanta que hoy, martes 28 de abril del Año 2009 del Señor, también declarado desde ya El Nuevo Año Cabrón, estamos aquí en las oficinas públicas autónomas dispuestos a dar la batalla no sólo por la ciudad, el país y el planeta, sino por toda la raza humana. ¿Por qué lo digo? Porque estamos expuestos al contagio, pero si alguno de nosotros lo cogiera y sobreviviera, entocnes ayudaría de manera decisiva a encontrar la cura adecuada para este nuevo mal que nos azota cual Jinete del Apocalipsis Ahora.

Bueno. Decía que aquí estamos. Bien a bien no sabemos de qué va a ir esta jornada atípica de trabajo. El primer asunto es saludar o no saludar. Después, usar la mascarilla o no dentro del edificio. Pero creo que antes fue ir o no ir, en franco homenaje tardío a The Clash. El último podría ser saber a qué hora retirarse o si debemos esperar estoicamente hasta el final.

La gente anda caminando como si tal cosa. Sin cubrebocas y sin mostrar signos de estrés o pánico. Creo que el único histérico soy yo. En fin. No me importa. Pienso en todo lo que el Estado mexicano y la aseguradora ha invertido en mi salud (colesterol, triglicéridos, ácido úrico, hepatitis reactiva no especificada, enfermedad del reflujo gastroesofágico, Funduplicatura de Nissen, urticaria, angioedema y alergia al factor del polvo doméstico) para que ahora salga un virus y termine todo. Ya he gastado y ahora me lo respetan.

Acabo de leer que, según la OMS, esta semana es clave, crucial, definitiva para saber en qué terminará todo este asunto de la influenza porcina.

Bueno, pues aquí estaremos.