jueves, octubre 06, 2005

Mártires de la libertad de expresión

Antes que otra cosa, muchas gracias a los que se han solidarizado conmigo por estos años que me ha tocado vivir, habremos de festejar.

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No he querido dejar pasar este día sin dar cuenta de dos símbolos de nuestros tiempos. (el fin del mundo se acerca).

1. Lametables las declaraciones matutinas del multijitomatado vocero de Presidencia. Cuando le preguntaron su opinión -oficial- respecto al resultado de las investigaciones de la comisión de la Cámara baja creada exprofeso para investigar las fechorías de los Bribiesca y su resultado (presuntamente, compraron casas al IPAB aun costo unitario de 3 mil pesos y evidentemente al revenderlas recibieron millonarias ganancias); el vocero respondió que son respetuosos de las facultades del Legislativo y que si hay irregularidades se actuará conforme a derecho y sin importar las personas de que se trate.

Primero, es increible, no se va a actuar en nada; segundo, al rato corrigen al vocero; tercero, entonces aplicando un simple silogismo, Presidencia acepta implicitamente el abuso de los hijos de Martha.

No sabemos en que pare esto, pero una cosa es segura, Felipillo no la tiene fácil para el 2006.

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2. Otra vez la Tremenda Corte. El único que se salva y con honor es el ministro Cossio, quen en una actitud lógica y centrada estaba por otorgarle el amparo al poeta maldito que ultrajó (según la PGR) los símbolos pátrios. El nóvel ministro ponderó más alto el derecho a la libertad -en este caso de expresión- que la supuesta deshonrra a la nación con un poema de quinta.

Pero los viejos ministros, se impusieron y consideraron imperdonable que a un autor se le ocurra poner en duda la honorabilidad del lábaro patrio (¿pues que no han visto como tratan las banderas en los partidos de fútbol?).

Así que de ahora en adelante cuidado con lo que digan, por eso cuando les preguntaron su opinión a los intelectualoides pusieron el grito en el cielo, sin dejar de mencionar que el poema era pésimo (sí pero el autor ahora es más célebre que ellos). Pues que se atiborren las cárceles de esos malos hijos de la patria, los corruptos, defraudadores, narcos, maras, traficantes, etc. pueden estar tranquilos con un amparo bajo el brazo.