lunes, enero 02, 2006

DIARIOS EN MOTICICLETA

Este 2006 empieza a tambor batiente, reacondicionando las costumbres y tunenado la moda los caudillos ootra vez.
Nota: Eso de tuneando, no tiene que ver con las tunas, lo he visto repetido en infinidad de ocasiones para referirse a las modificaciones que hacen a los automóviles que en inglés es tunig y se mal españoliza en el supuesto verbo tunear. Antes era naco ponerle estampitas de flamas a los carros o era de locos ponerle un motor V8 a un vocho, pero ahora es toda una subcultura. Bien podemos aplicar el término a los políticos que quieren refrescarse con una retocadita de imágen.
La mejor muestra de tuning polítco es el subcomediante Marcos. Cási muero de la risa al verlo en su motito recorriendo el sureño estado que lo vio nacer como personaje un día como ese pero del siglo pasado.
No se si nos lea algún fan del subcomediante, pero esas si son jaladas y también el tuning más radical, cambió su cuadrípedo jamelgo por una poderosísima moto Carabela que lo llevará por todo el país en su campaña política, que será igual de errática que su recorrido, va pa todos lados y para ninguno, a la fabulosa velocidad de 60 km/hr.
Creí no vivir para ver estas cosas, que sí nos levantan el ánimo, la risa es una forma de reconfortarse. Pero tambien nos ponen a pensar en la clase de país en que nos estamos convirtiendo, digo, una cosa es que al legislador Macedonio se le ocurra salir en su moto armadillo Harley o que el peje haga de su tsuru su mejor discurso de austeridad, pero esto del subcomediante Marcos raya en el peor de los ridículos, no sólo para el sino para todos los que creen que una izquierda radical de ese corte tenga alguna oportunidad en el escenario político.
Pronto veremos a Calderón en su autobus gris -así sin nombre y sin chiste- o a Madrazo en el ratamovil, recorriendo la república.
Esperemos que a ningún seguidor intelectual o artista plastico izquierdozo zapatista se le ocurra hacer un cómic del sub transformando su brioso corcel en jamelgo motorizado en momentos de pánico o cuando la patria lo llame. Mejor me callo, no doy ideas.