Nuevos ricos
Como suelen decir los adolescentes de ayer, hoy y siempre, no sé por dónde comenzar. Así es. Estoy en la oficina, es miércoles y el cielo está totalmente despejado en la Ciudad de México. Hoy es el último día de paz y tranquilidad. Mañana todos llegarán con la resaca a cuestas, pero con la intención de "ser mejores" en el trabajo como uno de sus más acendrados propósitos para este 2006. Antes de que ese momento del apocalipsis ahora nos alcance, todo es solaz por estos rumbos. Si miro hacia atrás sólo puedo ver a dos compañeros más. Excelente. Nada de obligaciones para dar abrazos y sonrisas, ni mucho menos para andar soltando las típicas frasecitas de ay, qué bonito, nunca cambies, vales mil. Pero, el punto es que, a pesar de este gran superávit de tiempo frente a las innumerables cosas que tengo que hacer, no sé por dónde coños dar inicio.
En efecto. Primero, debo entregar las consideraciones finales de la tesis la próxima semana. Con esto terminaría ya --por fin-- la investigación para obtener mi grado de maestro. Claro, aún falta que mis lectores la vean y después, si todo va bien, que los sinodales me den su voto aprobatorio. Pero el sólo hecho de tener ya el documento listo, integrado y formateado sería un gran peso quitado de encima. Segundo, el asunto de la mudanza. Aún no he terminado de empacar y no hay fecha oficial con la transportación para que hagan lo propio. Anoche estuve hasta tarde revisando mis antiguos papeles y me sorprendió la cantidad de basura que he almacenado por todos estos años. Viejas libretas, fotocopias a granel y una inconmensurable afición por coleccionar cualquier cosa que no sirve para absolutamente nada, por ejemplo, revistas, periódicos, recortes de periódicos, diskettes, bolsas, envoltorios y un largo etcétera, pero que estaban ahí muy bien resguardadas. Ah, claro, también han salido a flote una que otra evidencia de mi antigua relación. Lo bueno es que Sivel no está y discretamente las he echado al fondo del costalito, je.
Pero la cuestión no acaba ahí. También tengo que ver qué pasará con los aditamentos que aún falta instalar en el piso. Hace dos días fueron a poner una ventana y un cancel. Tenemos dos baños completos en 60 metros cuadrados. ¿Para qué? No me pregunten, pero una de las regaderas ya está, desde ahora, destinada a ejercer las funciones de bodega familiar. Sin embargo, faltan las puertas de los clósets, las persianas, los focos y la línea telefónica, entre otros muchos más detalles, claro. Lo olvidaba, pero también debo pagar el primer recibo del agua que nos ha llegado. Lo he venido paseando desde hace dos semanas y todas las mañanas me digo, Manolo, por favor, no olvides ir al banco a pagarlo... el resultado es obvio.
En fin, que no sé por dónde comenzar. Bueno, he telefoneado a un tipo de mudanzas y no está, he intentado llamar a Telmex y desde el telefóno del Ministerio no accede el servicio 01 800. Creo que lo mejor será iniciar revisando e integrando el capítulo cuarto de la tesis. Pero antes, estoy bajando varias rolas de la página www.nuevosricos.com, la cual, claro está, se las recomiendo, en especial la de "Soy pobre" de Miki. WORKING CLASS TODAY... TOMORROW NUEVOS RICOS!
Anexo.
Por cierto, entre ayer y hoy he encontrado algunas celebridades huicholas por la calle. Ayer salía de una estación del subterráneo de la Línea 3 y he visto de frente a Rafael Tonatiuh. Ustedes deben conocerlo porque aquí he subido algunos textos suyos que publica en la sección QRR de Milenio Diario. Ahí estaba de vaqueros y playera roja, con su bastón y sus gafas. Nos miramos y, como imagino que se percató de que lo veía raro, prefirió evadirme y seguir caminando. La verdad, me dieron ganas de decirle, oye, tú eres el Tona, ¿verdad? Pero, por experiencias pasadas con otros dioses regionales pensé que lo que iba a decir sería un ah, sí, hola, si, si, mucho gusto, bye. Así que lo dejé alejarse. Luego, en la noche, por Tlalpan distinguí a una muy famosa prostituta del Internet parada muy cerca de la estación Villa de Cortés. Wow. Finalmente, esta mañana me dirigía a desayunar cuando venía caminando de frente sobre la misma acera Fernando Rivera Calderón. ¿Quién es? El del Palomazo Informativo y del programa de radio El Hueso. También escribe para La Revista de El Universal, por cierto. Es la segunda ocasión que lo veo por estos rumbos porque una vez vino a abrirles un mini-concierto a Botellita de Jerez a bordo de un tráiler a las puertas de este Ministerio. ¿Qué tal? Así como hay rebajas de enero, también hay los encuentros fortuitos de fin de temporada.
Cuando me veas por la calle pídeme un autógrafo.
Seguiremos informando.
2 Comments:
(llorosa, dramaticamente llorosa): ¿Y mi link?!!!
Lo borré porque ya no habías escrito, pero luego lo volvemos a poner. ¡Saludos!
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