Welfare State

Hoy es el festejo mexicano en el Ministerio. Nuestra explanada está llena de puestos de comida, juegos y demás. Al centro hay un escenario que tiene muchas sillas formando una “u” alrededor. Hay una exposición de fotografías tomadas por el funcionariado alusivas a las fiestas patrias. Debajo de la lona que cubre de la lluvia o el sol, según se ponga el clima, cientos de papelitos de colores con motivos nacionales. En fin, todo bien bonito.

Es curioso que la gente que menos labora suele ser la que más provecho le saca a todos los extras que nos da el moribundo Estado de Bienestar. A lo mejor es un prejuicio, pero lo que la experiencia me ha dejado en estos años de administración pública es que dicho personal siempre está como a las vivas de cuanto pueda sacarle al aparato público. Para muestra, un botón. En mi área había (¿o hay?) una secretaria que, digamos, no es un dechado de destrezas, pero que a) siempre está presente cuando hay fiesta, b) manda a sus chavales a los campamentos y demás que organiza el área de Recursos Humanos en vacaciones, c) no falta a las conmemoraciones del Día de las Madres, Santos Reyes y otros en los que hay desayuno, comida y paseíllo por Chapultepec, d) toma sus días de “cuidados maternos”, e) utiliza el CENDI, f) de vez en vez va al Deportivo y f) no falta a la noche mexicana con todo y su familia (como hoy).

Hace un momento acaba de venir un compañero a preguntarme si me iba a quedar. Como le dije que no, ya está esperando a que le “done” mis boletos para la comida. Bueno.