miércoles, agosto 06, 2008

Por querer justificar los textos de este buroblog han aparecido todos desconfigurados. Por cierto, cuando digo "justificar" no me refiero al hecho de tratar de aducir razones para demostrar algo que no es censurable. No. Más bien quiero decir que ocupo las herramientas de edición de la plataforma de blogger.com para que las líneas de los párrafos queden alineadas y derechas.

Bueno.

Un asunto que me crea amplias expectativas --o que me quema las habas, como dirían los antiguos y los clásicos-- es conocer la dichosa y tan anunciada propuesta de reforma energética que cocinan a fuego lentísimo los seguidores de Peheová.

Tanto han dicho que ya, que ya viene, que ahora sí van a saber qué es bueno, que aquí está la neta, la verdad y la gloria eterna, que ya hasta ganas de leerla me han dado.

Pero, bueno, uno escucha y escucha los anuncios de aparición de esta especie de doce tablas de la redención y del nuevo pacto, pero nada. Es decir, mucho ruido y pocas nueces. Los fapistas se la pasan criticando todo y todos, desde la iniciativa del Ejecutivo Federal hasta la del PRI y similares, pero ellos no han puesto sobre la mesa lo que creen que debería ser el rumbo de la misma.

Un viejo caso que reafirma la sentencia de Bart Simpson: si no puedes crear, no destruyas.