jueves, abril 30, 2009

Reynoso, de Chivas, es persona grata para este blog

Hace unos días escribí un texto en este mismo espacio en el que me refería a Pepe, jugador del Real Madrid, quien había sido repudiado por la opinión pública por haber pateado en el césped a un jugador del Getafe durante un partido de la Liga española. Ahí decía que, hombre, qué esperaban, ¡es el fútbol!

Bueno. Ahora me referiré a un caso más cercano, el del defensa central del Guadalajara, Héctor Reynoso, quien ayer, durante un encuentro por la fase de grupos de la Copa Libertadores, simuló estornudar y echarle los mocos a un jugador del Everton de Viña del Mar, Chile. La razón, según el jugador mexicano, fue que él y todo el equipo fue víctima de ataques, burlas, discriminación y repudio por parte no sólo de los de Viña y en especial de ese jugador, sino de un buen número de chilenos que tuvieron contacto con los tapatíos durante su estancia en aquel país, debido a que se les tildaba de "apestados" por el brote del virus AH1N1 aparecido en México hace unos días.

En casi todos los medios dedicados a la crítica deportiva han crucificado en vida a Reynoso. Que si fue una ofensa, una salvajada, algo horrible, reprobable, incivilizado, de inadaptado, etcétera. Joder. Desde aquí, desde esta humilde trinchera del bloguetariado, decimos NO, la actitud del central mexicano NO es reprobable porque ESTÁ PLENAMENTE JUSTIFICADA.

¿A qué me refiero? A que ahora resulta que hay dos maneras de juzgar el desempeño de los jugadores y de los forofos de México y de Suramérica. Mientras allá las expresiones de repudio, discriminación y hostigamiento hacia los mexicanos son calificadas de "pasión" y "entrega", las de los nacionales son "reprobables" y "salvajes".

¿Qué acaso a Pumas no los trataron de la peor manera durante su estancia en Buenos Aires por la final de la Suramericana de 2005? ¿Qué al San Luis no lo trataron como una manda de leprosos en Ezeiza a su regreso a México después de haber derrotado al Libertad de Paraguay? ¿Qué a los mexicanos siempre los tratan con decencia y respeto durante sus incursiones en ese territorio sureño? Hombre, ¡por favor!

Aaah, pero aquí no se les puede hacer nada porque ya se están rasgando las vestiduras. Un ejemplo que me viene ahora mismo a la cabeza ayudará a poner en claro el asunto: cuando "El Chino" Benítez, ex director técnico de Boca Juniors, escupió en la cara a Adolfo "El Bofo" Bautista (en ese entonces de Guadalajara), al término de aquel partido en que los mexicanos fueron a ganarle a esos engreídos argentinos a su propio campo, frente a sus forofos y ante las cámaras de su televisora hipertendenciosa. ¿Y cuál fue la respuesta de los chicos de la prensa de aquel país? Nada comparada a la de ahora. Fueron extremadamente suavecitos y, además, siempre trataron de justificar el comportamiento de Benítez al culpar al propio Bautista por haber casi casi provocado al ex entrenador.

Además, volviendo al tema central, el comportamiento de los chilenos ha dejado mucho que desear. En julio de 2008 estuve en Santiago, en Viña del Mar y en Valparaíso. No me cansaré de decir que es un país bonito, ordenado y menos desigual que el nuestro. Pero me ha jodido leer que esos mismos habitantes civilizados y tal le gritaran a los de Chivas que eran "mexicanos apestados".

¿Acaso no recuerdan cuando les dimos asilo después del golpe militar de 1973?

Este tema de los nacionalismos y tal siempre es difícil de abordar con la razón. La pasión manda. Y, si a esto agregamos el ingrediente del fútbol, tenemos todo lo necesario para generar un cóctel explosivo.

Sin embargo, desde mi punto de vista, creo que ya es tiempo de que los mexicanos nos quitemos de encima esa supuesta "hospitalidad" que nos caracteriza (sumisión, diría yo) y comenzáramos también a tomar acciones para contrarrestar estos ataques deliberados. De acuerdo, me refiero sólo al fútbol. Pero no estaría mal... En fin.

México, un país ultra nacionalista que siempre le abre los brazos a lo que le suena a extranjero.

Reynoso, estamos contigo.