lunes, agosto 11, 2008

Ahí vamos otra vez

Nuevo día, nueva semana, nuevo semestre.

Hoy me he despertado mucho más temprano de lo normal porque he comenzado mi curso en la Universidad en horario matutino. En efecto, a partir de hoy estaré los lunes y los miércoles a partir de las 07.00 horas frente al grupo. Por lo tanto, deberé abrir los ojos en horarios que sólo conocen los borrachos y los madrugadores (Sabina dixit).

Con el coche es más fácil afrontar ese periplo que va del centro al norte y luego del norte al sur. Sin embargo, he comenzado a darme cuenta a qué se refiere la gente cuando dice "tráfico matutino", o bien, a la angustia del aparcamiento en horario de clase. En fin. Una prueba más.

La verdad, pensé que no seguiría en esto de las clases. Afortunadamente, y gracias a mis colegas de Acatlán, los cuales promovieron una serie de movimientos acrobáticos entre los horarios de otras asignaturas, he podido continuar con esta actividad. A veces me pregunto si todo esto vale la pena, pero luego cuanto estoy en ese pequeño espacio que hay entre los pupitres y la pared me doy cuenta de que sí. Entonces, dejo de quejarme y me dedico a lo que tengo que hacer.

Este fin estuvo bastante movido. Una visita a Puebla de los Ángeles, ciudad que es como bastante bonita y con buena comida. No pude asistir al Olímpico Universitario, pero claro que me enteré que los Pumas ganaron y que fue gracias a un gol del recién llamado a la Selección mexico-argentina-brasilera, Leandro Augusto. Imagino que ya por eso todos los que lo apoyan dentro y fuera del equipo estarán de plácemes y casi casi jurarán que de su manita rubia iremos volando hacia Suráfrica. Pamplinas. Leandro está sobrevaluado y sólo da chispazos.

Por cierto, el programa de análisis que da ESPN llamado Fútbol Picante cada vez me jode más. Aquí la pregunta sería, ¿y por qué? Básicamente por una cosa de la que ya he dado cuenta aquí con anterioridad: por la inclusión de ese nefasto-mamón-hígado de nombre Daniel Brailovsky. Desde que llegó luego de su fracaso al frente del banquillo de las gallinas la cosa se jodió. Y se jodió con ganas. Es in-so-por-ta-ble ver un programa con su tonito de voz, su acento de arrabal bonaerense y su tendencia a querer tener siempre la razón. ¿Por qué permites esto Dios mío? ¿Por qué dejas que esta clase de gente exista en tu viña? ¿Por qué no le das un espacio en alguna televisora de su patria --cualquiera que sea, Israel o Argentina-- para que deje de moler a los televidentes nacionales? Gracias.

Y para concluir, una breve mención sobre las Olimpiadas que ahorita mismo se desarrollan en Pekín. Bueno, para penas, busquen a México. Puras derrotas, puras decepciones, puras vergüenzas. Entran en acción los nuestros y, bueno, uno ya sabe que no van a ganar, pero al menos que sea con un pelín más de decoro. Además, los atletas que sí le echan ganitas tienen que pasar por otro tipo de desaguisados como las chicas del volibol playero, las cuales tuvieron que pedir prestado sus uniformes a las alemanas porque no tenían uno propio con los colores de la bandera de este país. No me jodan. Qué pena.