viernes, agosto 08, 2008

Dos anotaciones para este fin de semana

No cabe duda que el tema de hoy es la inseguridad, valen dos ejemplos:

1.El tema de los secuestros. Estoy más que enterado de los pormenores del hijo del dueño de las tiendas deportivas y de los sport city. Se supone que todos sabemos cómo sucedieron los hechos, que sobrevivió el guardaespaldas y que están involucrados elementos policiacos. El hecho hasta se ha utilizado como bandera política, no sé si la presencia del presidente Calderón en la misa sea una muestra de solidaridad o de incompetencia. Yo en lo personal, ante una desgracia de esa magnitud me diría ¿de que me sirven las condolencias presidenciales, cuando el Estado no pudo cumplir con el minimo requisito de dar seguridad a sus ciudadanos? Lo que si creo es que si esta es una democracia ¿porque el presidente va a los funerales del hijo de un empresario pero no a los de tantos casos similares que se dan cotidianamente en todo el país?

Y nadie esta ajeno a estas amenazas, hoy por la mañana, por ejemplo, me habla mi jefe para pedirme consejo ante una serie de amenazas que recibieron él y su esposa por mensajes en celulares. No creo que sea nada serio, pero es tal la impunidad que cualquiera quiere lucrar con el temor generalizado provocado en todo el país. Y seguimos sin hacer nada para resolverlo.

2. Otro tema que me fastidia es el de las olimpiadas. Se supone que en la acepción griega se trataba de un periodo de tregua religioso-deportiva. Ahora es una payasada mediática. Mientras los medios masivos transmiten la señal controlada por el Estado Chino, Rusia y Georgia matan a cañonazos a sus ciudadanos por pelear la posesión de Osetia del Sur, un pequeño enclave ruso en la república georgiana. Sin embargo en la tele vemos las caras sonrientes de deportistas rusos y centroeuropeos, con el conocido mensaje de paz. Las transmisones y la contaminación serán criminales. Me averguanza que nuestra delegación mexicana sea de menos de 90 deportistas (el país tiene cerca de cien millones de habitantes), con uno o dos con escasas posibilidades de medallas. Países como Canadá, que tiene una tercera parte de nuestros habitantes, llevan una delegación más numerosa y seguro más decorosa. Eso de los orgullos nacionales me parecen decimonónicos. Por otra parte veo la contradicciones, las banderas nacionales custodiadas por militares, pero el discurso es de paz. Es como decir que uso una pistola para mantener la paz.