Recuento del finde (III)
Decía el viejo Platón que un exceso conduce al exceso contrario.
La bitácora del sector público y la vida privada. Septiembre 18, 2003-2009.
Decía el viejo Platón que un exceso conduce al exceso contrario.
Para muchos, la hora del baile es lo que cuenta en una boda. Para otros, como yo, es cuando comienza el sufrimiento. La gente que baila cree que TODOS saben bailar. La gente que baila bien ESTÁ CONVENCIDA de que todos deben saber, al menos, moverse con ritmo. Esa gente debería ser llevada a la guillotina.
Se casó el Héctor. Ganó México (la selección suramexicana de fútbol). Hizo mucho calor. Veamos.
Después de un día y de una semana bastante agitada en término de noticias, pruebas, actos y declaraciones, por fin ha llegado el sacrosanto viernes. Gracias Señor.
No sé, por alguna extraña razón siento que sólo escribo para mi. Y en muchos otros aspectos de la vida me siento mejor alejado de los reflectores, me sentiría expuesto si de repente, todo el mundo estuviera al pendiente de lo que digo y de cada movimiento que hago.
Ayer se suscitó una fricción entre el jugador nacionalizado de la Selección suramexicana Nery Castillo y los chicos de la prensa. El integrante del Shaktar de Ucrania le espetó a los medios --palabras más, palabras menos-- que no saben de fútbol, que tienen mala leche, que en el fondo desean que México pierda y que no clasifique al Mundial de Suráfrica, y que son unos mentirosos.
Marie de Hennezel, psicóloga y psicoterapeuta.
Creo que ya he mencionado que curiosamente el destino de los dos principales (y únicos) colaboradores de este buroblog, de una u otra forma esta relacionado con el sector educativo. En mi caso, no dejo de sentirme como arrimado, a mí me toca ver las cosas digamos sucias, problemáticas del sector. Pero a veces me toca participar voluntariamente a fuerza en los diversos eventos culturales, musicales y cómicos (en muchos aspectos).
Llevo ya un buen tiempo reproduciendo entrevistas que salen publicadas en la sección "La Contra" del diario barcelonés La Vanguardia. Ésta que subo a continuación es una de las que más me han gustado (y han habido bastantes, pero ésta destaca por algo, quizás porque dice varias cosas que los hombres deberíamos considerar más a menudo en nuestras existencias...).
Entrevista a Santiago Roncagliolo
En efecto, mientras combato con todas mis armas disponibles a la alergia, alrededor se ha desatado una ola de optimismo en la humanidad en tiempos de crisis bastante interesante como fenómeno social: por estos días hay bodas en puerta, hay críos recién nacidos y otros tantos están casi a punto de salir expulsados del vientre de sus madres.
De repente, cuando estoy en la calle se me ocurren algunas cosas para escribir aquí, pero luego, cuando estoy frente al monitor se me van todas volando. En fin.
Se acabó el sueño. Mañana todo regresará a la normalidad, incluido su humilde servidor, quien no salió para nada a disfrutar de este largo asueto patrocinado por el pastorcito de Guelatao, Oax., debido a este súbito arranque de fragilidad ante la alergia (desconocida, por cierto).
Mientras espero paciente el fin definitivo de esta bitácora virtual, que ya está dando de sí y no deseo que sufra una agonía penosa, y mientras miro cómo en la Ciudad de México la gente toma sus maletas con la intención de dirigirse a algún destino vacacional por el puente largo cortesía de Benito Juárez, y mientras el suministro de agua disminuye para hacerle frente a nuestro Apocalipsis Ahora capitalino, y mientras el sol sale y brilla con fuerza inaudita sobre nuestras cabezas, mientras todo eso sucede, yo sólo puedo decir que no iré a ver a Radiohead.
Dice una parte de ese enorme libro que es Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, escrito por Thomas Hobbes, que las 19 reglas de las leyes de la naturaleza se pueden resumir en una sola:
En un partido pambolero es difícil hablar de otro deporte. Pero sinceramente si alguien pregunta quien verá el partido México-Bolivia, no dudo en que la respuesta se acerque a cero.
En ciertas oficinas públicas hay una mala costumbre: reportarse enfermo y no traer algo oficial que lo certifique después. Bueno, y si a eso agregamos que las enfermedades sólo se presentan en viernes o en lunes, entonces tendremos dos malas costumbres.
¿Y quién no? Para diversos fines, pero todos desearíamos serlo. Claro, menos San Francisco de Asís. Bueno.
El País.
Después de la rabieta de ayer, me dispongo a iniciar un día más en esta oficina autónoma.
Pues sí, hoy cumplo mi primer año en esta oficina autónoma. Vaya manera de volar del tiempo.
Mientras escucho una tanto cuanto emotiva canción que pregunta ¿cómo te voy a olvidar? varias veces, escribo lo que viene.
El sábado fui a la Feria del Libro del Palacio de Minería. Ya tenía dos o tres años que no ponía un pie ahí, cuando en mi etapa de estudiante era obligada una o más paradas por ese rumbo. Como ya fui bastante tarde, casi a punto de cerrar, los pasillos estaban un poco --sólo un poco-- más transitables que a las horas pico. De cualquier forma, esta FIL sigue siendo muy bonita, pero muy poco práctica.